-Vino a saludarme, nomás. Yo le hice una caricia porque me dio no-se-qué.
-Divino el pichicho ese.
-Y después le dije: “No cruces” porque me dio no-se-qué que lo pisara un auto. Y se quedó, nomás.
-¡Qué increible!
-Si, increíble qué entendido que es ese perro, y de la calle nomás. No es un perro enseñado en una casa.
No le puedo contar a nadie con nombre y apellido y mostrándole las fotitos en…
Yo estaba a tres cuadras de vos. Vos estabas a tres cuadras de mi. Yo…
Hace unos meses se me ocurrió juntar los textos más “literarios” de Esevi en un…
Dentro del cerebro la locura. La pelea entre lo que está bien y lo que…