– Y funcionó. Tenías razón.
– Es evidente… Igual, tu cara de ternero degollado ayudó mucho…
– “Nadie sospecha del boludo de la clase”. Hice mi papel, lo que me dijiste. Lo que más me llama la atención es como reaccionaron todos. Era imprevisible. Sos vidente, jajaja.
– Jajaja, todos hacemos más o menos lo mismo, con matices. Soy observadora, no tengo un don. Me debés la vida. O por lo menos, la buena vida de loverboy que estás llevando.
– No te debo la vida, solamente el whisky que habíamos quedado. Y por más Ballantine’s de 12 años, confieso, me salió barata la joda. Nunca tuve un éxito tan rotundo con nadie, poco menos que sentarme a esperar el resultado.
– Pasame el encendedor.
– Tomá.
– Ehh, ¿qué tocás? ¿Te pusiste mimoso?
– Pensé que no te molestaba yo en particular, siempre estás abrazada a alguien, jajajajaja
– Jajajaja, sos una mugre… como sigas en vivaracho, te saco la boca de un beso…
– Si te doy un beso te arranco esa remerita verde con los dientes, acá, en el medio de la calle.
– No te hagas el ordinario que no te sale, principito.
– Cierto. ¿Se podría hacer un análisis de la joda, bien, sistemático? Abro un proyecto y vos me vas diciendo los datos…
– Ni-en-pedo. ¡Workaholic de mierda!
– OK, entonces vos pará de twittear que estas bañando al perro o yo voy a twittear que estás conmigo en el bar de un hotel en Puerto Madero.
A man can convince anyone he’s somebody else, but never himself. (The Usual Suspects – 1994)
No le puedo contar a nadie con nombre y apellido y mostrándole las fotitos en…
Yo estaba a tres cuadras de vos. Vos estabas a tres cuadras de mi. Yo…
Hace unos meses se me ocurrió juntar los textos más “literarios” de Esevi en un…
Dentro del cerebro la locura. La pelea entre lo que está bien y lo que…